A la calidad textil de las prendas se sumaba por primera vez la belleza de los diseños chiquitanos y a ello, el talento de los artesanos cruceños en la confección manual de camisas originales y únicas, que no se duplican.
Un informe del 2005, del departamento de Turismo de la Prefectura explica que el artesano Luis Felipe Pary, motivado por el lanzamiento mundial de las Misiones de Chiquitos, pintó una camisa tradicional con imágenes de las filigranas jesuíticas del templo de San José de Chiquitos. La idea tuvo tan buena acogida que pronto fue emulada en Concepción, San Javier y los demás pueblos misionales.
A la calidad textil de las prendas se sumaba por primera vez la belleza de los diseños chiquitanos y a ello, el talento de los artesanos cruceños en la confección manual de camisas originales y únicas, que no se duplican.
Hasta el 2008, con el apoyo de la Cooperación Española, se habían registrado 55 patentes de propiedad intelectual de camisas chiquitanas. Hoy, ante la dificultad de luchar contra las réplicas, se trabaja en la creación de un sello que permita identificar una auténtica prenda hecha por manos chiquitanas.
Esta moda se ha convertido en una nueva fuente de ingresos para las asociaciones de mujeres artesanas. Su aporte no se queda en las provincias, sino que se extiende a la ciudad de Santa Cruz, donde grandes industrias de la confección, como Dicky Deportes, producen prendas chiquitanas y las proveen al por mayor a instituciones como Cotas, CRE, Saguapac y el Comité Cívico, que han adoptado la ropa tradicional cruceña casi como uniforme.
El Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad) distingue la confección chiquitana como una de las iniciativas estrella, nacida en los propios municipios y capaz de generar movimiento económico. ´La costura chiquitana se ha puesto de moda; con el trabajo de la diseñadora Ingrid Hölters entró a la alta costura la camisa chiquitana´, dijo Rubens Barbery, gerente de Cepad. ´Existe un boom, todos quieren su camisa chiquitana y el rol de Cepad fue impulsar el proyecto´, añadió.
En acuerdo con los artesanos, se impartieron talleres de capacitación para producir volúmenes estandarizados y competitivos. Con fondos internacionales, se dotó de maquinaria a las asociaciones de San Javier, Concepción, San Rafael, San Miguel Roboré y San Ignacio. Esta última agrupa a un centenar de costureras.
Cuando se perfeccionó el trabajo, se empezaron a abrir mercados a través de ferias, desfiles y promoción en páginas web. Ahora, la moda chiquitana es cada vez más popular; sin embargo, Barbery considera aún no se puede pensar en exportar porque falta cubrir el mercado interno.
´Todavía existe un mercado insatisfecho en Santa Cruz; primero lo coparemos para avanzar al nacional y pensar en exportar estas camisas con identidad propia y denominación de origen étnico´, sostuvo. Redacción Santa Cruz
La costura cruceña se lucirá en París
La moda “Fusión” hecha en Santa Cruz tanto por diseñadoras como por artesanas de las cuatro etnias se lucirá en pasarelas de la ciudad de París (Francia).
Sonia Vincenti, presidenta de Fundación Trabajo Empresa y primera dama del departamento de Santa Cruz, implementó con Raquel Barahona y Liset Paz Soldán, un proyecto que fusiona la alta costura con diseños de los guaraníes, guarayos, ayoreos y chiquitanos.
´El año pasado presentamos esta idea en el desfile Fusión que fue tan particular que nos han invitado a París para presentarlo´, dijo Vinceti quien señaló que su organización busca los recursos para trasladar a las artesanas a Europa.
Indicó que en sus próximos proyectos quiere poner diseños regionales en muebles. ´Estamos en tratativas con Chinga decoraciones para generar trabajo a las artesanas´.
Los diseños étnicos llegan a la alta moda
Ingrid Hölters, reconocida diseñadora de modas y chiquitana de origen, descubrió y aplicó detalles culturales en la alta moda internacional; su aporte consolidó el boom de las prendas chiquitanas. ´Es una satisfacción ver que una inspiración divina vivida en una iglesia haya permitido apreciar la belleza de nuestra cultura. Nunca esperé que guste tanto incluso a nivel internacional´, dijo Hölters.
La diseñadora, que capacita a artesanas con su experiencia, cree que el diseño étnico es una veta por explotar. ´Es una industria que recién despierta, estamos en la etapa de perfeccionar la mano de obra´.
En el atelier de Hölters trabajan 20 personas. Ha vestido con ropa chiquitana a Rubén Costas, Branko Marinkovic, Carlos Dabdoub y Patricia Ballivián, quien llevó un vestido étnico ante los príncipes de Japón.