La plaza Calleja lleva este nombre en honor al español Froilán Calleja, que donó a la ciudad el terreno en el que estaba instalada una cruz, símbolo de la región y que él veneraba con devoción cada 3 de mayo, según el relato de la historiadora Paula Peña.
La riqueza histórica y cultural todavía se percibe en los alrededores de la Calleja, que es un referente del Carnaval cruceño. Desde el punto de vista geográfico también tiene su relevancia, ya que en la década de los 60 un grupo de artistas que viajaba por Su-damérica la calificó como el punto mágico de la travesía y la ubicaron como el ‘ombligo del subcontinente’.
Para rescatar la tradicional plaza Calleja, el Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad) y la municipalidad, en coordinación con otras instituciones, proponen transformar la zona en un nuevo centro turístico y cultural de Santa Cruz de la Sierra.
Carlos Hugo Molina, director del Cepad y que lidera el proyecto, destacó que además de ser un barrio tradicional, es un referente en la fiesta del Carnaval cruceño y se encuentra en una excelente ubicación para convertirlo en referente turístico de la ciudad.
“En los últimos años se han establecido 74 negocios dos cuadras a la redonda de la plaza Calleja. Esto acrecienta las condiciones y el interés para convertirlo en un punto turístico y artístico”, indicó Molina.
Entre los comercios asentados en la zona figuran panaderías, restaurantes, una tienda de artesanías, puntos de Internet, una joyería y hasta una pulpería que será inaugurada en septiembre y que recreará a las tiendas de abarrotes de antaño.
Por su parte, Marcelo Alcón, jefe del departamento de Turismo de la municipalidad capitalina, dijo que se intenta crear una versión cruceña del barrio bonaerense San Telmo, donde se respira el tango y otras reliquias de la cultura de esa región argentina. “Queremos que la gastronomía, la artesanía y la sumatoria de estos emprendimientos recreen un barrio de Santa Cruz de antaño y la esencia de nuestra cultura”, se refirió Alcón.
Entre las casas antiguas se encuentra la de Pura Hurtado (90), que es una de las vecinas más antiguas de la Calleja. Nació en una casa ubicada en la calle Cobija y que aún permanece en pie. Allí crió a sus cinco hijos y la visitan sus 28 nietos y los bisnietos de los que perdió la cuenta.
Emprendimientos
Artesanías. Hace dos meses abrió la tienda Uniarte, en las calles Republiquetas y Cobija, donde ofrecen obras de artesanos guarayos y chiquitanos. Hay cerámica, bordado, tallado, tejido y pintura.
Joyas. En la calle Cobija, la diseñadora Carolina Figliozzi abrió una joyería en la que ofrece trabajos propios y de cuatro artistas nacionales, hechos en plata, piedras semipreciosas, madera y vidrio dicroico.
Fuente: El Deber.