El evento se llevó a cabo durante cuatro días en las poblaciones de Santiago de Chiquitos y Roboré. Reunió aproximadamente 2.000 personas, entre ellos más de medio centenar de artistas. Generó unos $us 80.000
Exposiciones de pintura en medio de la naturaleza, fotografías colgando de árboles, variedad de ritmos musicales en la iglesia, en la Alcaldía y en la plaza al aire libre, pintado y esculpido en vivo, avistamiento de aves y performance en medio de un mar verde son apenas algunas de las actividades que formaron parte de agenda del quinto Festival ConservArte, Arte para la Conservación, que por cuatro jornadas completas movilizó a las poblaciones de Roboré y Santiago de Chiquitos.
El evento es organizado por el Cepad, Gobierno Municipal de Roboré, la Reserva Tucabaca, el hotel y restaurante Churapa, y tuvo varios elementos inspiradores, entre ellos el jaguar, especie amenazada por ciudadanos que trafican sus colmillos de forma ilegal. Asimismo, el Valle de Tucabaca, recientemente amenazado por colonos, tuvo bastante atención de los artistas, que lo usaron como escenario y como musa de sus distintas expresiones.
Según apreciaciones de Rubens Barbery, del Cepad, aproximadamente 2.000 personas se movieron entre Santiago de Chiquitos y Roboré los cuatro días del festival, generando una dinámica económica de $us 80.000.
“Trabajamos con este evento de forma militante, fue planificado de tal modo que no exija tanto a pueblos como Roboré y Santiago, que hace cinco años, cuando comenzó esto, no tenían las condiciones para una gran cantidad de turismo y nunca se pensó en turismo masivo porque tiene otro objetivo desde el punto de vista turístico, entonces fue creciendo de acuerdo a las posibilidades de los lugares para captar visitantes; su propósito es sensibilizar sobre la preservación de la reserva Tucabaca”, explicó Barbery.
El alcalde de Roboré, Iván Quezada, uno de los anfitriones, destacó la importancia de ConservArte para la zona. “Todos los amantes de la naturaleza son los que vienen a disfrutar del ConservArte y esta fusión que se hace con arte, crea conciencia porque en base a esa naturaleza se genera la riqueza artística que estamos viviendo y es así como se conserva Santiago. La gente, al ver el mar verde de Santiago de Chiquitos dice, ‘cómo no defender esto’. ConservArte significa unión entre los que profesamos amor por la naturaleza, regalo divino que queremos que nuestros hijos disfruten, aunque es difícil por todas las amenazas que se nos vienen”, dijo, aludiendo a resoluciones del INRA, de asentamientos, que se encuentran en proceso de aprobación.
Adolfo Torrico, uno de los cuatro muralistas del colectivo Arterias Urbanas que participó en la cita con una pintura gigante sobre la mujer, la danza de los abuelos y el jaguar, llamó a que “todos estemos del lado de la militancia y la preservación de la naturaleza porque el planeta ya siente los efectos del descuido. Y los pintores no estamos exentos de esto”, exhortó.
Asimismo, Rubens Barbery mostró su gratitud con artistas de gran talla que no cobran un centavo por su compromiso con una agenda completamente gratuita para los habitantes y los visitantes, y estimó que si tuviera que desembolsarse por todo el trabajo que desarrollan personas desinteresadas, probablemente el evento costaría unos $us 200.000.
“Elegimos Chiquitos porque tiene magia, mística y nos encanta Chiquitos, somos una institución privada que elige dónde quiere actuar y creemos que el Estado tiene una deuda con las Misiones Jesuíticas. Chiquitos se ha movido gracias a iniciativas puntuales, a gestiones municipales muy dinámicas o a apoyos locales de locos que creen en su pueblo”, argumentó la cabeza del Cepad, institución que además lidera otros eventos en la Chiquitania, como el Festival Posoka en San José, el Festival de la Orquídea en Concepción, Eco Run en Santiago y Roboré, y además participa en los festivales de temporada de teatro y de música barroca.
Fuente: Silvana Vincenti, El Deber.