La Ley de Participación Popularcomienza a cosechar sus frutos como modelo sostenible, aplicable yefectivo, apuntalando el crecimiento económico, social y culturalregionalTexto y fotos: Luz Marina Canelas ASanta Cruz | Los TiemposObservar bailar a una hermosa originaria chiquitana cargada de buenosaños, con toda la magia de su vestimenta holgada como su personalidad,junto a un impecable jilakata del municipio orureño Salinas de Garcí-todo un caballero que en una semana de convivencias no abandonó elsombrero ni la ch’uspa- fue como ver hecho realidad el sueño deBolívar: la patria grande y unida. Pero no esa patria separatista enunas cuantas siglas partidarias o intereses individualistas económicos,sino a la verdadera. Aquella sedienta de comprensión, unión y fe en lamultietnicidad del territorio boliviano consciente de suspotencialidades, obligaciones y derechos.
Sinfronteras, ideologías, religiones, ni razas, una delegación de 30personas de distintos municipios del país compartió en una semanaintensa un paseo por diversas regiones de Santa Cruz, donde se aplicaun interesante programa de aprovechamiento local e impulso económicoregional denominado “Municipios Escuela”, implementado por el Centropara la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad).El encuentro juntó a varios alcaldes, concejales, consultores,facilitadores, asesores y asistentes técnicos de diversas regiones deBolivia, para mostrarles los frutos que hoy recogen municipios como LaGuardia y San Ignacio de Velasco –denominados acertadamente “MunicipiosEscuela”-, por los avances que los distinguen de otras localidadesgracias a la Ley de Participación Popular adecuadamente implementada.Bajo este sistema de inclusión, cada actor –desde el edil, elcampesino, hasta el ciudadano de a pie- se convierte en un gestor deldesarrollo de su comunidad, que impulsa, desde la actividad que ejerce,normas básicas de convivencia, respeto, amabilidad y trabajo.El secretoLos comunitarios unidos a sus autoridades y capacitados por el Cepadapuestan por “poner en valor” lo que desde siempre tuvieron, para sacarprovecho de ello; es decir explotar los recursos y virtudes que hallana su alcance, tales como su naturaleza, dotes artísticos o culinarios,para transformarlos en la identidad de cada pueblo y además obtenerréditos ampliando una economía local de “base ancha” y multiplicadora,como expuso Roberto Barbery en el encuentro, haciendo énfasis en que“no somos pobres; estamos pobres, lo que es diferente”.Un análisis de la realidad de los municipios cruceños muestra que esposible revertir esa idea de pobreza intrínseca en cada comunidad, paraincentivar a la productividad sin tener que esperar solamente recursosdel Estado, sino generando coyunturas que favorezcan a la generación deingresos y empleos a partir de alternativas participativas queinvolucren a toda la comunidad.Con esta idea, el encuentro de Municipios Escuela – realizado porsegundo año- logró jornadas en las que los visitantes compartieron conlos anfitriones todas sus inquietudes respecto al modelo que losmunicipios escuela aplican para lograr niveles de excelenciaorganizativa y ejecutiva.lmcanelas@lostiempos-bolivia.comObjetivos clarosLa hospitalidad junto a jornadas de largos viajes fueroncaracterísticos de este encuentro con motivo de visitar los llamados“Municipios Escuela” que impulsa esta organización no gubernamentalpara compartir experiencias exitosas de desarrollo económico local.Hospitales bien equipados, mercados impecables, museos de historia,guarderías, talleres artesanales y proyectos de desarrollo humano,turístico o agroindustriales, entre varios otros, son algunos de losejemplos que los participantes visitaron para llevar consigo hasta suscomunidades estas experiencias, y transmitirlas y reproducirlas deacuerdo a sus necesidades.La posibilidad de multiplicación de ideas y buenas prácticas se impulsaa través de esta alianza que incorpora a los 56 municipios cruceños.Esa unión permite aprovechar que las experiencias de un municipiopuedan ser aprovechadas por otros, ampliando el impacto más allá delámbito municipal y aportando insumos para la aplicación de políticaspúblicas.Carlos Hugo Molina, presidente del Cepad y considerado entre los másfervientes defensores e impulsores de la Ley de Participación Popularen el país, explicó que este tipo de reuniones pretenden en un lapso dedos años, propiciar la mayor cantidad de encuentros multiétnicos entreautoridades y personalidades consideradas probables agentes de cambiode los 357 municipios que comprenden Bolivia para que compartan susiniciativas de desarrollo local.