El evento de tres días mueve más de $us 400.000. El programa incluye muestras culturales, artísticas, gastronómicas, etc.
Concepción vestirá sus mejores galas del 12 al 14 de este mes, para la realización de la décimoctava versión del Festival de la Orquídea. Autoridades, instituciones y vecinos están uniendo fuerzas para que este evento, que es uno de los más importantes de la Chiquitania, cumpla con las expectativas de los miles de visitantes y se consolide como uno de los festivales más importantes del departamento cruceño.
Una comitiva de Concepción, a la cabeza del alcalde interino, Carlos David Yabeta; de la reina de la Orquídea 2018, Danae Falch; y del gerente de la Mancomunidad Chiquitana, Arturo Saldías, estuvieron en la capital cruceña para invitar a la población a participar de este evento, que cuenta con el apoyo del Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (Cepad), que preside Rubens Barbery.
El alcalde explicó que durante los tres días del festival los visitantes podrán conocer y adquirir una variedad de orquídeas (como la Cattleya nobilior, flor símbolo de Concepción), participar de las ferias artesanales y gastronómicas, asistir a los conciertos de música renacentista y espectáculos de teatro callejeros, a los festivales de danza y música autóctona, y, entre otros, participar de caminatas (este año se ha incluido el sendero hacia la comunidad El Carmen).
“Este es un evento estrella que tenemos en Concepción; lo hemos internacionalizado con ayuda del Cepad, de las empresas y de la población”, expresó Yabeta.
A su vez, Barbery dijo que el gran mérito del Festival de la Orquídea es que todos los sectores y empresas con responsabilidad social en el país apoyan esta iniciativa. “A pesar de las dificultades políticas internas que puedan existir en el municipio, el festival sigue adelante”, subrayó.
Según el director del Cepad, un estudio realizado hace cuatro años demostró que este festival, durante los tres días, genera $us 400.000 al municipio concepcioneño, a través del turismo.
Además, se exponen los recursos naturales para ser conservados. “Otro resultado positivo es la puesta en valor de las costumbres y cultura chiquitana. El festival pone en valor la música barroca, las artesanías, la riqueza cultural de la Chiquitania”, añadió Barbery.
El festival también promueve la visita a las comunidades aledañas, donde los pobladores deciden qué quieren mostrar a los visitantes. Esto permite rescatar sus tradiciones y que los turistas conozcan la cultura del oriente boliviano.
Según el programa, habrá concurso intercolegial de dibujo y pintura, así como exposición de trajes chiquitanos inspirados en la orquídea, concurso al vivo de tallado de madera, juegos tradicionales, café de la siesta (con una variedad de horneados típicos), danzas al son de la tamborita, talleres dirigidos a los aficionados de la orquídea que deseen conocer las técnicas sobre su reproducción y cuidados, misa y otras actividades.