“El taller muy pero muy bueno, tal vez podemos decir cosas que sabemos, que conocemos pero no hemos tenido el coraje, la valentía de reconocerlos como tal. Ahora es diferente haberlos escuchado, haber podido participar (…). En el vivir de cada día podemos inculcar respeto, educación, ver a la mujer como lo que es, un ser humano y no una cosa como la que nos han hablado (en el taller) de la cosificación” (Mari Luz Jiménez Torres, Hermana Franciscana. Directora del Colegio Madre Clara Richi. Puerto Suárez).
Directores/as de unidades educativas, profesorado, alumnado, madres y padres de familia de Juntas Escolares confluyeron en un mismo espacio para reflexionar sobre el machismo y la violencia contra las mujeres presente en el entorno local y que permea al sistema educativo; así también qué herramientas se pueden utilizar en la comunidad educativa para reducirla.
El ciclo de estos talleres arrancó el 17 de agosto en el municipio de San Julián donde a través de su Servicio Legal Integral Municipal (SLIM) y el respaldo de la Dirección Distrital de Educación se convocó a casi un centenar de participantes, que tuvieron una participación muy activa y cuestionadora. Posteriormente la posta la tomó el 13 de octubre el municipio de San Ignacio de Velasco que se caracterizó por la participación de Juntas Escolares y lideresas de organizaciones de base.
Continuó el Municipio de Roboré con un taller realizado el 19 de octubre donde destacaron las voces juveniles de estudiantes de secundaria; y finalmente el ciclo culminó en el municipio de Puerto Suárez con la participación de un profesorado comprometido a reducir la violencia en aula.
Los caminos de discusión, debate y reflexión que se transitaron a lo largo de este recorrido, que surcó la Gran Chiquitania fueron conducidos de la mano de las facilitadoras Carol Gainsborg y Beiby Vaca, ambas docentes de la UPSA con una amplia trayectoria académica y profesional.
Dichos talleres se dieron en el marco del proyecto “Empoderamiento económico, social y político de las mujeres en la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos, Bolivia” impulsados por el Centro para la Participación y Desarrollo Humano Sostenible (CEPAD) y la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos (MMCH), con el apoyo de la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID).