Ubicada en el centro, Austria ha sido siempre el nexo entre los países del este y los del oeste de Europa. Ahora pretende ser el puente para vincular a las naciones del este europeo con las de América del Sur y México. Lo busca a través de los negocios, según se desprende de los objetivos del primer encuentro de empresas y de cámaras de comercio de ambos bloques regionales, que se realiza esta semana en Viena.
Una delegación boliviana, compuesta por el presidente y tres ejecutivos de la Cainco, uno de la Cadex y otro del Cepad, además de EL DEBER, participan junto a unos 400 delegados de Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela, Guatemala y México; el anfitrión Austria, Alemania, Croacia, España, Eslovaquia, Hungría, Polonia, República Checa, Rumania, Serbia, Suecia, Suiza, Turquía, Ucrania e Italia.
El encuentro, patrocinado por la Cámara de Comercio de Austria, es un primer intento de acercar a los hombres y mujeres de negocios de Europa Central y del Este con los latinoamericanos, en el mayor momento de crisis que vive el viejo continente, pero además en medio de un proceso de apertura al comercio de naciones que vivieron muchos años en el modelo comunista y que ahora son economías emergentes. Antes de esta etapa, fue España que por afinidad cultural y lingüística lideró la integración Europa-América Latina. En cambio, las barreras culturales y de idioma frenaron un mayor intercambio entre naciones como Austria y Hungría, Croacia y República Checa, entre otras.
Aunque los austriacos son junto a los alemanes los únicos que por ahora no sintieron la crisis, la consideran un factor de oportunidad para abrir mercados e invertir en América Latina, esperando un comercio de ida y de vuelta. En ese contexto, hay naciones más atractivas para los inversionistas y se las menciona en los primeros contactos. Indudablemente que México y Brasil se muestran como privilegiados, por el tamaño de sus mercados. En cambio, hay una preocupación muy exteriorizada por las últimas nacionalizaciones de Argentina y de Bolivia.
Se oye mencionar con cierta frecuencia en el foro de Viena el caso argentino e incluso se remarca cierta diferencia con la última estatización boliviana, considerada más moderada que la de Repsol YPF, sobre todo porque el gobierno de Evo ha garantizado una indemnización. No obstante, funcionarios e inversionistas europeos esperan que Bolivia sea una nación más segura jurídicamente. Es la mayor demanda que surge en esta cita de cámaras de comercio y de empresarios respecto al país. De nada sirve el esfuerzo de las organizaciones privadas bolivianas de mostrar en el foro de Viena un rostro distinto de la nación a los inversionistas si el Gobierno no las acompaña con señales de garantía a las inversiones.
Fuente: El Deber