El 187.º aniversario de la fundación de Bolivia es una invitación abierta a lanzarse de las entrañas de la patria en plan de aventura. Así lo han entendido los operadores de turismo del país, que para este año, cuando el 6 de agosto cae un día después del fin de semana, han propuesto paquetes de viajes para sábado, domingo y lunes. La novedad: se promociona en Santa Cruz destinos poco explotados.
Las cavernas y huellas de dinosaurios de Toro Toro en Potosí, la gran feria del pescado de Villa Tunari, el Salar de Uyuni de Oruro, entre otros, son las piezas clave de la oferta de viajes para el público cruceño. Para este año, casi todas las agencias de viaje tienen en su oferta estos lugares, en un afán de diversificar las propuestas de la industria sin chimenea boliviana.
“El 6 de agosto se activa el turismo patrio y es una oportunidad para conocer nuestro país y echar a andar la economía”, opina Rosario Baldomar, ejecutiva de la Organización de Gestión del Destino (OGD) turístico Santa Cruz.
Toro Toro se presenta como una opción más o menos novedosa. Es un lugar del departamento de Potosí que cuenta con atractivos como la caverna de Umajalanta, el Cañón de Toro Toro y las inmensas huellas que dejaron reptiles prehistóricos. El acceso a esta localidad es una carretera de 138 km que se vincula con el departamento de Cochabamba. Marco Escalera, gerente de Citur, explica que la oferta de Toro Toro incluye guías, estadía y transporte. Todo por Bs 667 por persona. El costo cubre sábado, domingo y lunes del feriado patrio.
Otro atractivo relativamente novedoso para el público cruceño es la feria del pescado de Villa Tunari, en pleno trópico de Cochabamba. La actividad se extiende entre el 3 y 7 de agosto, de modo que coincide con el festejo patrio. Hay un itinerario completo para cinco días y su costo por persona es de Bs 1.340, de acuerdo con la promoción de Rosario Tours. Para un público que busca un destino más tradicional, el Salar de Uyuni los espera.
El turismo, herramienta del desarrollo nacional
Carlos Hugo Molina | Experto en desarrollo local y Presidente de CEPAD
Desde hace algunos años que se está produciendo el desarrollo de las capacidades locales de autogestión económica. Una de ellas viene de la mano del turismo en las comunidades. Los 337 municipios del país han planteado al turismo como medio del desarrollo local, hecho que a su vez se puede interpretar como una herramienta del desarrollo nacional. Esta es una bondad que tiene que ver con la autonomía de cada comunidad.
Cada detalle, cada paisaje, cada paseo, desde el punto de vista de los habitantes de esa región, es un potencial aprovechable y esa es una virtud que merece reforzarse en este aniversario de Bolivia. ¿Cómo hacerlo? Pues escogiendo un lugar y visitándolo.
Hay que hacer fuerza común por eso. Tengo la sensación de que lo que hacen algunos medios de comunicación al presentar el aniversario venidero de un pueblo o su fiesta patronal tiene efectos muy positivos en términos de visitas para esa determinada localidad. Se genera movimiento económico, hay trabajo y, a la larga, los vecinos aprenden a resolver sus propios problemas generando sus propios recursos. Creo que esa es una forma de hacer país. Por eso creo que vale la pena lanzarse este 6 de agosto a algún rincón nacional.
Otros lugares
– Misiones. Son los templos de San Javier, Concepción, San José, San Miguel, San Rafael y Santa Ana, construidos por la orden jesuita entre 1691 y 1767, y declarados por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad en diciembre de 1990.
– Sorata. En la ciudad de Sucre se encuentra el Convento de San Francisco, uno de los edificios religiosos más emblemáticos que caracterizan a esta ciudad boliviana, cuyo centro histórico, junto con el urbanismo colonial y la arquitectura republicana, fueron reconocidos por la Unesco y se le otorgó el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1991.
– Copacabana. Es más que la puerta de entrada del turismo al Titicaca. Ya desde el tiempo del sometimiento de los aimaras por parte de los incas, la ciudad era un centro ceremonial y observatorio astronómico. Luego, como parte del proceso de evangelización española, en el siglo XVI se construyó la Plaza de Armas y junto a ella el Santuario de la Virgen de Copacabana.
Fuente: EL DEBER