El proyecto de que el papa Francisco reciba una serenata con música misional y de que visite la tierra de la misión evangelizadora en el oriente boliviano, da pasos rumbo a ser realidad.
El ideólogo que contagia la aspiración es el gestor de desarrollo Carlos Hugo Molina, quien detalla que el plan tiene dos etapas: la primera, una visita a Roma a las audiencias que ofrece el papa los miércoles.
“Iría una delegación que representa uno de los símbolos más valiosos para la orden jesuita: su labor misionera. Y de un lugar emblemático: el espacio reconocido como Misiones de Chiquitos, Patrimonio Cultural Vivo de la Humanidad”. En esa oportunidad Francisco escucharía una orquesta chiquitana y recibiría la invitación a Bolivia. La segunda etapa corresponde a una visita de Estado del papa a Chiquitos.
El objetivo surge como una iniciativa natural ante la investidura que recibe un jesuita. “Mucha gente ha trabajado para lograr que las Misiones de Chiquitos sean reconocidas, restauradas, valoradas en su contenido de fe y espacio cultural. La oportunidad se presenta de manera extraordinaria para compartirla con alguien que sí conoce y sabe el valor de la propuesta misional, y tendría mucho gusto en asumirla como suya, como lo es. Leyendo lo que ha dicho antes el obispo Bergoglio, existe una conjunción entre su palabra y lo que Chiquitos expresa”, opina Molina.
Organización encaminada
Las fechas en que se produzcan la serenata y la visita papal dependerán de las gestiones oficiales. Carlos Hugo Molina asistirá el viernes a una audiencia con el monseñor Gualberti por encargo del cardenal Terrazas para recibir información sobre el procedimiento. Lo que se sabe es que el viaje a Roma, al no tener la condición de visita de Estado, supera exigencias protocolares.
Paralelamente, desde que fue lanzada la idea el consenso creció. Molina prefiere “guardar los detalles hasta cerrarlos con nuestros pastores”. Pero comparte el entusiasmo de los alcaldes de la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos del que sabe a través de su presidente, Pedro Damián Dorado, de San Miguel de Velasco, y de Germaín Caballero, de San José de Chiquitos, que ofreció a su orquesta como base de la que podrá viajar.
Portavoces e impulsores
Se prevé que el historiador Alcides Parejas sea quien realice el ofrecimiento de la invitación al papa en Roma. “Tiene los méritos humanos y de saberes históricos para ser quien resuma, junto a un chiquitano y a un alcalde, la razón del emprendimiento”, afirma. El sacerdote Raúl Arrázola, conocedor de procedimientos religiosos y de la zona, fue párroco en San Javier; el Cepad y la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) suman su participación.
Molina puntualiza los valores por los que la ciudadanía cree en el proyecto: “Veo dos, el posicionamiento de una obra jesuítica que venció el tiempo para escudriñar el futuro y ofrecer una forma de vivirlo con fe, y la oferta mundial que realizan las Misiones de Chiquitos como lugar de turismo y peregrinación”.
Sobre el invitado
“Leyendo lo que ha dicho antes el obispo Bergoglio, existe una conjunción entre su palabra y lo que Chiquitos expresa”
Carlos Hugo Molina | proyectista
Entrevista
“Una orquesta en San Pedro”
Carlos Hugo Molina | Director del Centro para la participación y el desarrollo humano sostenible (Cepad)
¿Qué ganan las Misiones de Chiquitos y Bolivia con una visita del papa?
¿Cómo visualiza ese momento de la serenata?
Nos damos gusto con Rubén Darío Suárez Arana pensando lo que podría ser y se abren tres posibilidades: ofrecerle un concierto de lo más dulce del barroco americano, acompañarlo en una misa o ir con él a alguna de las visitas con las que sorprende en Roma. Al fin, será lo que el protocolo y los espacios papales permitan. Están pensadas todas las posibilidades y para cada una de ellas hay una respuesta. Igual que la Guardia Suiza para su seguridad, una orquesta de música chiquitana en San Pedro para las grandes ocasiones.Molina gestó y lidera el plan de invitar al papa Francisco a Bolivia.
Una visita del religioso católico amplificará a Bolivia ante el mundo.
¿Qué ganan las Misiones de Chiquitos y Bolivia con una visita del papa?
Demostrar el valor de la cultura como espacio de encuentro y construcción de convivencia entre diferentes, y fortalecer una visión del mundo necesaria en estos tiempos. En Chiquitos se conjuga el mundo de la época ofreciendo un producto positivo, que sin idealizar el pasado, ayuda a proyectar un espíritu válido para edificar el futuro: es la suma de los saberes indígenas, europeos y jesuíticos con una demostración empírica. Bolivia tiene la posibilidad de mostrarlo como tierra de convivencia, y Chiquitos terminar de asumir su valor universal. En muchos lugares se dan los tres componentes, solo en Chiquitos se conjugan con esa fuerza y energía.
¿Qué se proyecta respecto a la serenata de música misional al papa Francisco?
Sería un acto de ofrecimiento y convite. La palabra serenata tiene una invocación muy nuestra, expresa una manifestación de afectos. ¿Qué acto más simbólico que hacerle escuchar al papa la música que se compuso para las catedrales de la selva, en medio del mármol de la Basílica de San Pedro?
¿Cómo visualiza ese momento de la serenata?
Nos damos gusto con Rubén Darío Suárez Arana pensando lo que podría ser y se abren tres posibilidades: ofrecerle un concierto de lo más dulce del barroco americano, acompañarlo en una misa o ir con él a alguna de las visitas con las que sorprende en Roma. Al fin, será lo que el protocolo y los espacios papales permitan. Están pensadas todas las posibilidades y para cada una de ellas hay una respuesta. Igual que la Guardia Suiza para su seguridad, una orquesta de música chiquitana en San Pedro para las grandes ocasiones.Molina gestó y lidera el plan de invitar al papa Francisco a Bolivia.
Fuente: EL DEBER