Artículo escrito por Guadalupe Cajías (Periodista e historiadora).
País de sorpresas es esta nuestra Bolivia! Pocos imaginan que este territorio que con tanto simplismo identifican los comentaristas deportivos como “el país del altiplano” es más que nada espacio de floresta y que en medio de aquélla crecen, salvajes o cultivadas, orquídeas de colores imprevisibles.
Sin el esfuerzo de entidades como el Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (CEPAD), tampoco yo ni otros periodistas tendríamos la experiencia de caminar entre estas plantas, admirando sus formas y luces.
Hace ocho años escuché por primera vez que en Concepción, municipio de la provincia Ñuflo de Chávez, en Santa Cruz, al este de Bolivia, existían suficientes flores como para preparar una feria, incluso una variedad propia.
No era fácil llegar hasta allá desde las altitudes paceñas, pero agencié un pasaje y los organizadores facilitaron la estadía de los periodistas. Debo contar orgullosa y a la vez apenada que fui la única curiosa que llegó desde el centro del poder político; tampoco asistieron reporteros de otras tierras altas. Como suele suceder, orquídeas en flor no eran noticia de primera mano, salvo para el matutino El Deber.
La aventura fue tan extraordinaria que desde entonces la repetí como periodista, turista y delegada presidencial y lo haré una vez más porque siempre es algo único y un tesoro del siglo XXI: naturaleza, espacio, aire y el silencio de las caminatas por el bosque o la música chiquitana al atardecer en la iglesia misional.
El Festival de la Orquídea que anualmente se realiza en Concepción es una muestra de los sueños posibles. Sucesivos alcaldes y gobiernos municipales han apostado por desarrollar una especificidad para su localidad como producción y como atracción turística. A ello se sumó infatigable el trabajo del CEPAD, el Comité Cívico local, las damas chiquitanas, los hoteleros, las orquestas que organiza Rubén Darío Suárez. Luego llegó el respaldo de entidades internacionales, especialmente de España. El resultado es un éxito sostenible, cada vez más completo.
Este año, los organizadores tuvieron la buena idea de llegar hasta La Paz y ofrecer el producto a los mayoristas de las agencias de turismo. Esperamos ver ofertas de paquetes que inviten a que los ciudadanos que a veces gastan sus pesos en viajes a Miami prefieran ir a disfrutar este nuevo ecoturismo que tendrá lugar entre el 10 y el 12 de octubre próximo. Fue ilustrativa la convocatoria simultánea que realizaron indígenas, consejeros, empresarios. Es como otro botón que resalta que trabajar unidos fortalece.
Destacamos el apoyo no sólo formal sino entusiasta y cálido que ha dado el Viceministerio de Turismo a esta iniciativa. El Viceministro Ricardo Cox ha contado su propia vivencia y lo grato que es asistir a los festivales en la Chiquitania, experimentar la hospitalidad del cruceño de tierra adentro y la comida popular.
No existen todavía suficientes hospedajes para un turismo masivo simultáneo, así que es aconsejable que los interesados hagan sus reservas con tiempo. El programa es imperdible: concursos de viviendas con orquídeas, paseos por las zonas turísticas de Concepción, paseos a caballo, conciertos con música barroca y concursos de danzas, caminatas por los senderos para contemplar cómo florece la orquídea en su hábitat natural, charlas con dirigentes populares del lugar, cursos para tallado en madera, etc. Y entre todo, la comida de la famosa Guadalupe con gusto típico y calidad internacional. Así, más allá de los que vociferan, el país avanza.
Fuente: La Prensa , Los Tiempos , El Deber